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Un Hollywood Estrellado

Ciudad de la Luz tenía la pretensión de ser un punto de referencia del cine internacional. Sin embargo, no consiguió ese propósito de atraer superproducciones extranjeras, puesto que solo se llegaron a rodar cinco. El resto fue producto nacional. Sería razonable pensar que este mal resultado se debe a que Ciudad de la Luz acababa de aparecer y aún no había tenido tiempo de consolidarse en el mercado. Más aún teniendo en cuenta que Alicante no contaba con una historia cinematográfica favorable. No obstante, éste no pudo ser el único motivo: Ciudad de la Luz era y es uno de los mejores estudios de Europa, con una tarifa asequible y unas condiciones climatológicas inigualables. Un lujo para cualquier productor. ¿Por qué entonces se resistían a llegar las superproducciones? La respuesta es que cuentan con una desventaja importante: las políticas de subvenciones e incentivos.

Existe un informe del IVIE de 2009, que ayudaría a conocer si ese impacto se ha mantenido en el tiempo, pero sus conclusiones no se han hecho públicas ni por parte de Ciudad de la Luz, ni por parte del IVIE Tampoco la empresa pública lo ha querido facilitar para este reportaje. El Gobierno valenciano se escudaba y aún se escuda en el informe ya publicado para justificar su inmovilidad. Ni la Generalitat, ni la plantilla de la empresa pública reaccionaron buscando el origen del problema al ver cómo Ciudad de la Luz se hundía al estilo de la Atlántida.

 

Javier González, consejero delegado de la gestora Aguamarga, y Elsa Martínez, ex directora de Ciudad de la Luz, señalan ambos que el problema se debía, en parte, a la incompetencia de los trabajadores. Gonzalez considera que el equipo de Ciudad de la Luz estaba formado por enchufados. “El único mérito que les había llevado allí era ser el cuñado del Conseller de Economía o el otro el primo del Presidente de la Diputación. Son un equipo de sin preparación, sin haber hecho ninguna oposición, ninguno de ellos”.

 

Elsa Martínez, por su parte, admite que podría haber algún hijo o cuñado de un cargo público, pero que ella estaba perfectamente capacitada para dirigir los estudios. "Tengo un currículum lleno de experiencias exitosas en el mundo del marketing y la publicidad. Obviamente, yo dirigí Ciudad de la Luz porque el ex Conseller Gerardo Camps y el Presidente Paco Camps confiaban en mí, pero estaba capacitada para hacerlo". 


Las visiones contradictorias entre los socios sobre el problema en la gestión económica se suceden. Aguamarga, como administradora, también tenía la obligación de encaminar a Ciudad de la Luz hacia el éxito. La gestora asegura que advirtió a la Generalitat del desastre, pero que nunca les hizo caso. “A ellos lo que realmente les interesaba es hacerse la foto con famosos”, aclara González. 

 

Elsa Martínez aclara que Aguamarga incumplió el contrato gravemente al no trabajar. "No informaban de nada, no traían un solo rodaje, e iban a los festivales a pasearse. Y encima había que pagarles un canon de dos millones y pico al año; mientras yo trabajaba 16 horas al día. Así no se puede".


El culmen del fracaso económico son los extra que hay que sumar a la mala política económica, como la rotonda de entrada por la que se pagaron 2.300.000 euros y que, además, se hizo añicos un día de fuerte viento. La Sindicatura de comptes añade, también, gastos que no fueron debidamente justificados en diferentes ocasiones. Por ejemplo, en el informe del año 2009, se aumenta el presupuesto de realización del foso en 20.000 euros sin un imprevisto que lo justifique. 



Paradójicamente, y como colofón al desastre que se avecinaba, aunque Ciudad de la Luz no atraía a las producciones internacionales algunos estudios del viejo continente denunciaron en 2007 ante la Comisión Europea a la empresa pública por falsear la competencia. Y la CE acabaría dándoles la razón.

En otros países de Europa, el aliciente llegaba al 20% o el 40%; y además se le concedían muchas ayudas fiscales de reducción de impuestos. En consecuencia, para una producción extranjera acababa siendo bastante más rentable grabar en estudios como Babelsberg, en Alemania, o Pinewood, en Reino Unido, que en Ciudad de la Luz.

El informe de 2007 del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) aseguraba que la explotación de Ciudad de la Luz generaba un impacto económico anual de 120 millones de producción, 75 millones de renta y 1.650 empleos solo en Alicante. Sin embargo, esos supuestos beneficios, que representarían el 1% de la economía alicantina, no serían suficientes porque no han evitado el fracaso de Ciudad de la Luz.


Los datos en los que se basa el informe son, algunos elaborados por el propio IVIE y otros los procuró Ciudad de la Luz, ambos parte implicada ya que las dos entidades dependen de la Generalitat. Por este motivo, Eva Martínez, portavoz de grandes eventos del PSPV, duda de la veracidad del informe y pone como ejemplo “el informe del IVIE sobre la Fórmula 1 cuyos datos eran falsos”.

Las políticas de subvenciones eran parecidas a las de otros países, pero no ocurría lo mismo con los incentivos. En el caso de la Ciudad de la Luz, eran mucho menores que en otros estudios europeos. Para conceder este incentivo se calcula el supuesto gasto local que harán las películas en la ciudad de Alicante (entre pernoctaciones en hoteles, restauración, etc.) y, sobre ese supuesto gasto, se les abona el 16%.

 

Las producciones cinematográficas, tanto en España como en otros países de la UE, contaban con ayudas directas estatales o subvenciones si se cumplían una serie de requisitos. La cantidad que se concedía a cada producción variaba según el año y el coste de la película. Las producciones extranjeras que grabaran en aquellos años en la Comunidad Valenciana debían cumplir como condiciones que se contrataran a empresas y personal valenciano y que se rodaran dentro de la Comunidad. 

Además, la política de incentivos resultaba también beneficiosa para la administración pública de esos países europeos porque los incentivos están condicionados a un gasto en la zona. Gracias a esa inversión se generaban de forma indirecta industrias relacionadas con la producción cinematográfica (carpinterías, laboratorios, etc.), empleo en el sector servicios y beneficios económicos para los negocios adyacentes.

Éste es el fallo principal que remarcan tanto la gestora Aguamarga como la Asociación de Productores Valencianos (PAV). La empresa pública no creó los incentivos suficientes como para asegurarse una clientela que le reportara riqueza. En cambio, sí que concedía las subvenciones directas que aumentaban su deuda. Finalmente, esa deuda, que ha llevado al paro de la actividad, no ha permitido consolidar una industria relacionada.

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© 2013 Trabajo de Fin de Grado de Rocío Ros Rebollo. Todos los derechos reservados. 

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